Hoy os traigo un tema muy interesante sobre el que he estado investigando últimamente, La Pedagogía del Riesgo.
¿Qué es la pedagogía del riesgo?, no es más que aquella filosofía y creencia de que el aprendizaje y desarrollo del niño/a está en el dejar ser, dejar un desarrollo libre, dejar que la curiosidad invada la vida del niño/a, dejar que experimente, se equivoque y vuelva a intentarlo.
De manera innata los niños y niñas son seres curiosos que prueban infinitamente algo hasta lograrlo, esa curiosidad en muchas ocasiones entraña un riesgo, (que no es lo mismo que un peligro), el peligro es una situación que se sabe con anterioridad que va a causar un daño, del contrario un riesgo es una probabilidad de que un suceso peligroso ocurra. Para ello los educadores que apuestan por la pedagogía del riesgo han de realizar un estudio primario sobre las probabilidades del riesgo.
Vamos con un ejemplo; ¿cual es la probabilidad de que un niño/a se caiga de un árbol si lo trepa? ¿qué probabilidad hay que se clave una astilla mientras que juega con un palo? ¿qué posibilidad hay que se queme mientras encendemos una hoguera? todas estas premisas son estudiadas, pero además de estudiar la probabilidad, se ha de pensar, ¿En el caso que suceda, que daño entraña esto?
Es decir la pedagogía del riego no es "que el niño/a haga lo que quiera" para ello ha pasado antes el guía adulto estudiando las probabilidades de riesgo. No obstante, es primordial observar al alumnado, saber en que condiciones y etapa del desarrollo se encuentra. El riesgo es vital en el desarrollo del niño/a ya que proporciona libertad, auto-gestión, creatividad, crecimiento personal, autonomía, y sobre todo preguntas.
El gran Paulo Freire postula que el riesgo es una consecuencia de la verdadera libertad y creación, así mismo hace referencia a la indudable relación entre: asombro, riesgo y pregunta, que implican la existencia humana y la transformación (Freire, 1986).
El gran Paulo Freire postula que el riesgo es una consecuencia de la verdadera libertad y creación, así mismo hace referencia a la indudable relación entre: asombro, riesgo y pregunta, que implican la existencia humana y la transformación (Freire, 1986).
Pero, ¿Qué pasa en las escuelas tradicionales? estas, están "confeccionadas" de tal manera que se han anulado todos los riesgos que un niño/a puede encontrar (a diferencia de las escuelas en la naturaleza) que proporcionan estos riesgos. Además la sobre-protección que sufren las generaciones actuales hace que los niños/as no tengan posibilidad de correr riesgos (niños/as burbujas). El adulto es muchas ocasiones coarta esa curiosidad y genera un cierto miedo al infante cuando se va a enfrentar a un riesgo, los típicos ¡ten cuidad! ¡no hagas eso que te puedes caer! y un largo etcétera, provoca en los niños y niñas un miedo innato hacia el riesgo. Por ello los centros que apuestan por el pedagogía del riesgo, el adulto no es más que un observador guía, pero en ningún momento es un obstáculo en el aprendizaje.
Hace unos años el diario El País publicó un artículo titulado "Sin riesgo no hay aprendizaje" en el cual se puede leer los beneficios de experimentar situaciones de riesgos para el desarrollo del niño/a.
En dicho artículo se puede encontrar que nuestro país se encuentra alejado de la dirección que llevan algunos países como Reino Unido, Australia o Canadá, los cuales en sus centros escolares o parques apuestan por potenciar el riesgo, ofreciendo al niño/a espacios en entornos naturales y reales que dejan de lado la sobreprotección de suelos encauchados y objetos que han sido reformados/transformados para la protección.
Heike Freire, psicóloga experta en infancia, naturaleza e innovación educativa, señala a la sobreprotección y seguridad infantil como una mejora de la calidad de vida, sin embargo, como la culpable a la hora de satisfacer las necesidades psicológicas fundamentales para el desarrollo humano. Además añade que esta "crianza burbuja" impide que el infante desarrolle su autonomía, toma de decisiones o relaciones entre iguales, sin la presencia y consentimiento de un adulto.
No debemos olvidarnos que el niño/a se enfrenta a aquellos riesgos para los cuales está preparado, de forma innata y según su desarrollo se irá proponiendo nuevos retos y riesgos. Los adultos, educadores, padres, madres... debemos servir de acompañantes y de guías en su crecimiento, nuestra labor es ofrecerles herramientas que ayuden en su camino, no la de solucionar o tomar decisiones por ellos/as.
Riesgos; ¿Los evitamos o los asumimos?
Heike Freire, psicóloga experta en infancia, naturaleza e innovación educativa, señala a la sobreprotección y seguridad infantil como una mejora de la calidad de vida, sin embargo, como la culpable a la hora de satisfacer las necesidades psicológicas fundamentales para el desarrollo humano. Además añade que esta "crianza burbuja" impide que el infante desarrolle su autonomía, toma de decisiones o relaciones entre iguales, sin la presencia y consentimiento de un adulto.
No debemos olvidarnos que el niño/a se enfrenta a aquellos riesgos para los cuales está preparado, de forma innata y según su desarrollo se irá proponiendo nuevos retos y riesgos. Los adultos, educadores, padres, madres... debemos servir de acompañantes y de guías en su crecimiento, nuestra labor es ofrecerles herramientas que ayuden en su camino, no la de solucionar o tomar decisiones por ellos/as.
Riesgos; ¿Los evitamos o los asumimos?
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